jueves, 10 de noviembre de 2011

La Historia del Terco



Esta fabula o historia no se si sea así como la contare pero así la recuerdo y la comparto con ustedes:

"Estaba el profesor frente a su clase tratando de explicar, y haciendo una discusión socializada y participativa con toda la clase, sobre los beneficios que trajo la disolución de la unión sovietica en la Rusia moderna, los pro y los contra de este suceso político desde un punto de vista lo mas imparcial posible. Pero siempre en la clase hay una persona que cree saber mas que todo el mundo sobre todos los temas que salgan a la palestra de la discusión, porfía, grita, pelea y pretende hacer entender que el tiene la razón absoluta de todo y en este salón de clases estaba este chico.

El profesor hablaba de las bondades de la democracia y el porfiaba sobre lo bondadoso del comunismo y así con todo tema que el profesor tocara. Luego de tanta interrupción lo invito a pasar al frente del salón y lo sentó de espaldas a el publico y el profesor se sentó justamente frente a el y le dijo: 
Profesor: ¿Dime exactamente Que estas mirando? ¿Que hay frente a ti? a lo que el joven respondió:
Alumno: "pues lo veo a usted profesor, veo una pared, veo una ventana, veo el pizarrón con escritos y veo el escritorio. Pero no se que tiene que ver esto con lo que estamos hablando."
Profesor: ¡Calla!, solo te pregunte que lograbas ver.. ¿eso es todo lo que ves?
Alumno: si, eso es lo único que veo.
Profesor: ahora pregúntame tu a mi que veo.
Alumno: ok profesor ¿Que ve usted? (entre risas irónicas)
Profesor: te veo a ti, veo que no estamos solos; hay mucha gente a nuestro alrededor, veo una ventana, veo lamparas, veo sillas, veo una puerta de salida y unos cuadros en la pared.
Seguramente te estas preguntando ¿Para que hago todo esto?, lo hago para demostrarte que cada quien tiene un punto de vista distinto desde donde ve las cosas, en este caso tú tienes razón, pero yo también la tengo y antes de creer que solamente tu opinión cuenta deberías aceptar que hay un universo de información que ignoras y no sabes si otras personas la manejen y sea tan cierta como la tuya pero por tu terquedad jamas las reconozcas. Toma asiento y escucha a tus compañeros.

El joven no tuvo mas que aprender a Respetar el derecho de palabra del profesor y sus compañeros y así finalizar la discusión socializada sobre el tema de debate.

Lo único que podría comentar sobre esto es que una dosis de humildad no nos caería nada mal, y mas a los que creemos muchas veces tener un conocimiento integro sobre muchos temas, y me incluyo por que esta fabula la leyeron con dedicatoria a mi persona en pleno salón de clases y creo haber aprendido la lección. Así que si eres de estas personas acepta que así como existe tu verdad acepta que los demás pueden tenerla también.


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